En el marco de al celebración del Día Internacional de la Mujer, PWN Madrid ha organizado una sesión «¿Y si la diversidad no fuera cuestión de género?», only for corporates de la sede de Mercer en Madrid.
Con el título “¿Y si la diversidad no fuera cuestión de género?”, el encuentro ha contado con la participación de Mercé Brey, experta en liderazgo, diversidad y transformación organizacional, y Rosa di Capua, socia de Mercer y líder de la iniciativa “Women@Mercer” en España.
En una intervención ágil y plagada de referencias cotidianas, Brey construyó un discurso donde abordó la cuestión de la igualdad de género en el ámbito de la diversidad entendida como un concepto transversal. Se apoyó en la recientemente estrenada película “Green book” para ejemplificar la prevalencia de los sesgos raciales, revelando circunstancias personales en su familia (ella tiene hijos propios y también uno de color adoptado) que evidencian los vetos a la población de color se mantienen 50 años después.
Los estereotipos los creamos de manera natural porque lo seres humanos somos gregarios. Tendemos a asignar roles de la misma manera que nos es fácil catalogar documentos. “Taxonomizamos todo”, explicó, y si a eso le unimos que lo hacemos en una sociedad patriarcal, encontramos la explicación de por qué le damos más valor al hombre que a la mujer.
Pero esto es algo difícilmente sostenible en el mundo global y diverso que tenemos hoy. “La diversidad es rentabilidad para las empresas porque la visión femenina les complementa la visión del mercado para que sea global”, afirmó. La gestión está condicionada por la perspectiva con la que afrontamos las situaciones; si las organizaciones sólo se gestionan con visión masculina verán la realidad con lentes del 50%, si suman la femenina lo harán al 100%.
REIVINDICANDO EL PODER DEL CEREBRO Y EL VALOR DEL CORAZÓN
“Las mujeres tenemos dos cerebros, uno en la cabeza y otro en el corazón, y en ellos es donde residen nuestras habilidades femeninas”. A partir de esta afirmación Mercé hizo un boceto de una sociedad futura con mayor voz de las mujeres, en la que la expresión consciente de los sentimientos pondría coto al desenfreno racional en el que estamos sumidos. Explicó cómo vivimos en la sociedad del cansancio que tan bien describe el filósofo coreano Byung-Chul Han. “Nos pasamos un tercio de nuestra vida trabajando y si bien hasta no hace mucho estábamos explotados por terceros ahora lo estamos por nosotros mismos. Tenemos un esfuerzo de positivismo que nos lleva a creer que cuanto más nos esforcemos, más felices seremos”. Una sociedad que prima rendimiento y la eficiencia crea depresivos y fracasados, y no es casual que estén creciendo exponencialmente las enfermedades neurodegenerativas. Por eso reivindica el foco femenino, porque permitirá a la sociedad reconocer su vulnerabilidad para, paradójicamente, ser menos vulnerable.
La diversidad, como la colaboración, es enriquecedora
¿Hacia dónde se dirige el talento del futuro? ¿Cuáles son sus expectativas? La socia de Mercer en España, Rosa di Capua, abordó en su intervención el futuro mundo del trabajo y el necesario lugar que la mujer ha de ocupar en él. “Si las empresas quieren aprovechar todo el talento que tiene ha de cambiar su propio ADN, de tal manera que pueda reconstruirse desde una perspectiva más colaborativa. Y ello no sólo por su propio bien sino también por el de la sociedad en su conjunto”.
